Lecciones de Giuliani
Rafael Rodríguez Presidente Seminarium Penrhyn International
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Rafael Rodríguez
Fui al seminario de Rudi Giuliani invitado por la Fundación La Otra Mirada. Fue una muy interesante exposición, muy coherente donde se notaba la solidez de su experiencia, pero por sobre todo una lógica impecable detrás de las acciones más visibles y más conocidas.
El racional detrás de las diversas medidas tomadas en sus dos períodos como gobernador es muy relevante. Para evitar la comisión de delitos frecuentes no hay que tolerar los delitos menores, hay que pillar y sancionar a sus responsables. Esto es conocido como “tolerancia cero”, frase que parece un cliché porque se ha esgrimido tantas veces sin conocer muy bien de qué se trata, y tiene un origen conceptual muy relevante: el 80% de los crímenes y ofensas son cometidos por una minoría de delincuentes. Al sacarlos de circulación tempranamente, se evita la escalada de crímenes que estos sujetos cometen por una parte y por otra desincentiva a nóveles criminales en potencia a entrar al negocio por cuanto el costo asociado es mayor.
Otra de las políticas seguidas fue la unificación de las policías, -tres en el caso de Nueva York- y su reestructuración “por productos”, crimen organizado, drogas, terrorismo, entre otros que no se pueden controlar sólo con la acción en las calles, esto junto con la exhibición de los policías en la calle, cerca de 50.000 para una ciudad de 8,1 millones de habitantes. En Chile hay cerca de 56.000 policías al sumar Carabineros y PDI, para una población de 17 millones de habitantes, la mitad de policías per cápita que en Nueva York, pero si a esto se agrega la inteligencia con que trabajan las policías criollas y las de la Gran Manzana, la diferencia en la efectividad del trabajo policial aumenta notablemente.
Para empezar en NY, trabajan igual que las empresas privadas, tienen bases de datos unificadas y la información está disponible para el policía en la calle, para el que está en la trinchera o frontera.
A continuación, a los policías se los respalda; a veces cometen errores, pero sin perjuicio de la debida investigación para determinar dolo o no acatamiento de protocolos, el policía se sentía respaldado por la autoridad y eso se transformaba en respeto por parte de la ciudadanía.
Enfrentado a la gran pregunta de si cual de las dos visiones respecto de cómo abordar la delincuencia, si concentrarse en los factores que le dan origen o en su represión, su respuesta fue categórica: en ambos. Mejorar las condiciones de pobreza y de exclusión no se hace de la noche a la mañana, es una tarea que es necesario abordar, pero eso no va a impedir que haya delitos esta noche o mañana y para esto último es necesario estar en la línea de protección de la ciudadanía y del combate de la delincuencia.
Finalmente, le preguntaron de todos los elementos de esta lucha, cuál era el más importante, y su respuesta fue enérgica: la total convicción y por tanto compromiso de la cabeza.
Las diferencias con lo que tenemos en Chile, son grandes pero remontables si se hace un esfuerzo desde la cabeza para derrotar el flagelo de la delincuencia en nuestro país. Recursos invertidos hay, son los resultados los que palidecen. Un dato final, en Nueva York la delincuencia siguió disminuyendo con posterioridad a Giuliani, aplicando las mismas políticas.